viernes, 13 de septiembre de 2013

No hay nada

El taxista me cobra $100 pesos de más por la carrera, yo sé que me esta robando abiertamente pero no le digo nada porque creo que una pelea no vale $100 pesos, y estoy algo cansado y tengo cervezas en la cabeza y solo pienso en ir al baño del apartamento a sacarlas. Normalmente la carrera de taxi desde la casa de la morena hasta la mía vale $4.900 por las noches, en las mañanas $4.400, a veces decido caminar a mi casa porque me falta lo de la carrera de taxi y la morena no puede ayudarme con lo del taxi todas veces, otras veces camino porque simplemente me gusta caminar de noche. Cuando bajo a pie a mi apartamento paso por la zona rosa y veo el bar a donde voy seguido, paso de largo porque no hay tiempo de cerveza y canción, bajando la calle encuentro al mismo señor en la esquina, tendrá más de cincuenta años, tiene una caja pequeña, en ella vende dulces y cigarros a los caminantes nocturnos, yo lo miro y el me regresa la mirada, no nos saludamos a pesar de vernos todos los días, sospecho de él, debe de hacer algún torcido, algo ilegal, nunca lo he visto vender nada, debe estar parado en esa esquina con otra función. Mi paranoia se altera, pienso en mafias organizadas, trata de blancas, drogas, etcétera y etcétera. Bajando la calle hay gente durmiendo en la esquina, los esquivo para no molestarlos, más adelante dos señoritas me ofrecen sus servicios, yo me sonrojo y camino más rápido, las veo más de cerca, mas bien son señoras, señoras feas que andan por ahí, nunca he pagado por eso y no lo haré jamás, yo me ofrecí a la morena y ella me aceptó. Viene ahora un señor paseando un perro, once de la noche y paseando al perro, wtf, mi papá le enseñó a Bruno a usar el balcón para eso en las noches.
 
En el taxi el conductor intentará hacer conversación en los escasos cinco minutos que dura el recorrido, yo lo escucho, me da ansiedad no responderle, o responderle mal o no saber, no tengo smartphone, no puedo fingir  leer el chat, me ha gustado no tenerlo, muevo los pies agitado; balbuceo la respuesta, nunca recuerdo que le digo, realmente no estoy pensando, a veces son considerados y no dicen nada, son las 11:00 Pm de un martes, de que podriamos hablar?, del partido de futbol, el clima, las protestas nacionales?, me pregunto si el taxista realmente quiere hablarme o solo lo hace para no sentirse cómo un robot al volante, y yo soy un paquete con dinero en el bolsillo que va del punto A al B.
 
La morena debe estar ya dormida para cuando llego al apartamento, ojala le hubiera dado un beso más largo para que la sensación durara hasta mañana, abro la puerta, hay dinosaurios y robots, peces de colores flotan, abro los ojos, no hay nada.
 
11/09/2013

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