lunes, 24 de marzo de 2014

Vitrina de Cristal

Esto es algo que escribió La Morena, me pidió que lo compartiera en el blog, me gusta porque hay dos cosas difíciles en ese pequeño escrito, lo primero son las preguntas que quedan abiertas, probablemente sin contestar por siempre, y lo segundo, el hecho de escribir, que de por sí es bastante complicado ser coherente y expresar en palabras el embrollo de pensamientos sueltos que se tiene en la cabeza.

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Desde que nacemos nos enseñan a hablar correctamente, a mantener cierta conducta en la sociedad, nos inculcan unas creencias, moral y principios dados por el seno de la familia; por eso desde que nacemos nos arrebatan la oportunidad de ser pensadores empedernidos, nos quitan el derecho a expresar inconformidad o a expresar un ideal, nacemos con un disco duro lleno de ideales con el propósito de ser el/la hijo(a) perfecto(a). Entonces, ¿Qué tan libres somos en el SXXI? Estamos en una sociedad que vende ideologías con si fuera cambiar de atuendo, nos compran con publicidades costosas con productos lujosos y relucientes en una vitrina de cristal. Que tan libres somos si los más pequeños no saben otra forma de expresar miedo, angustia o inconformidad sino con el llanto. ¿Vivimos en un mundo desarrollado…? Si es así explíquenme por qué la intolerancia sigue amenazando a la libertad de pensar. Pensar diferente es ser un subversivo que va en contra de la moral cristiana o  en contra de la sociedad; pensar distinto ahora es un tabú y más si se trata de credos.

Entonces ¿Por qué nos cohibimos los seres humanos de los más mundanos placeres? Nos han cohibido tanto del libre pensamiento que el hombre es esclavo de la moral, del bien y el mal. Se supone que si el ser humano tiene conocimiento del bien y del mal podrá tomar  un camino correcto o simplemente fallará. Considero que el hombre se enfrenta al mundo el día en que empieza a tomar decisiones sin saber que le deparará la cadena de consecuencias es la belleza de tomar riesgos.


 - Andrea Melissa Garcés Salcedo.


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